lunes, 21 de octubre de 2013

Un semestre por demás interesante

Diez semanas han transcurrido desde que iniciaron los cursos en la universidad. Tres grupos con prácticamente el mismo programa, extensísimo. El núcleo se compone de
  • Algebra superior (de números reales y desigualdades a los teoremas del Factor y Fundamental del Algebra)
  • Trigonometría plana, incluyendo el trabajo con identidades
  • Geometría analítica 
  • Funciones y sus gráficas (algebraicas y trascendentes tempranas)
  • Y las aplicaciones de todo ello
Ese nucleo compone el curso de Prerrequisitos B (curso largo), para alumnos de ingenierías (excepto Bionanotecnología) que no tiene créditos, se califica como Acreditado o No acreditado, y está programado en cuatro sesiones de dos horas por semana.

También es el curso para los alumnos de Bionanotecnología, que si es materia currricular y que está programado en dos sesiones de dos horas por semana.

Para los alumnos de Arquitectura se incluyen, además, Sistemas de ecuaciones lineales y métodos matriciales, y Cálculo diferencial e integral. El curso es curricular y está programado en dos sesiones de dos horas a la semana.

A pesar de que es prácticamente el mismo curso, el rendimiento es muy distinto. Sorprendentemente tienen mejor desempeño los alumnos de los cursos con menos horas de clase a la semana.  Una de las razones, especulo, es el hecho de que para los alumnos de Prerrequisitos B el curso no aparecerá en su kardex. Y de que, independientemente de si el desempeño es apenas suficiente o extraordinario, la nota que verán en sus certificados será la misma: Acreditado. 

En este grupo de Prerrequisitos B, la mayor parte son alumnos que llegan a la universidad asumiendo las mismas actitudes que en el bachillerato (a pesar de que vienen de diferentes bachilleratos): es un asunto de enseñanza pero no de aprendizaje (el maestro que recite y yo copio) y no están dispuestos a participar de las actividades de la clase. Todavía a estas alturas, cuando quedan escasas seis semanas para terminar el curso, muchos de ellos no traen a la clase los materiales necesarios para trabajar y el 70% del grupo no ha ingresado a Edmodo (donde se registran las actividades del curso) para enterarse de lo que se ha desarrollado, las tareas y otras actividades. Suponen que el acceso a Wikipedia los salva de las tareas en clase y fuera de ella. Algunos asisten de manera irregular, otros se duermen en clase (no desayunan, por ejemplo). 

De los que participan activamente hay dos tipos: el entusiasta que, a pesar de las repetidas fallas, sigue tratando de aplicar "reglas de tres" para cualquier cosa; y el chico que siente ser más listo que los demás, que se resiste a que el resto del grupo lo vea "arrastrando el lápiz" y trata de hacer todos los razonamientos y cálculos en su cabeza, sin lograrlo la mayoría de las veces.

En todo eso veo mucho de las prácticas a las que los maestros los han acostumbrado en los ciclos anteriores. Y una enorme resistencia a abandonar aquellas que tal vez funcionaron bien en cursos muy tradicionales. 

En los otros dos grupos han ocurrido algunos desacuerdos, especialemente al inicio del curso. 

En el grupo de Bionanotecnología, algunos alumnos tenían actitudes de rigidez extrema: "no queremos que hable de experiencias que ocurran fuera del grupo o reflexiones personales" dijo una alumna; "no me gustan los cursos en línea" dijo un alumno (y no entendí a qué se refería cuando hice la encuesta anónima para sondear el ambiente de la clase). Otros alumnos se resistieron al apoyo extraclase, aun cuando se habían ya reconocido las dificultades que experimentarían en un curso tan denso. 

El asunto de "cursos en línea" se aclaró en una explosión del alumno dentro de la clase: no le gusta tener que recurrir a Edmodo para revisar lo que se ha hecho, los ejercicios adicionales que se proponen o los materiales de apoyo o de interés para el grupo.

Y sin embargo, en la sesión de Evaluación Intermedia que tuvimos hoy, el mismo alumno agradeció los cambios que se han hecho (o sea ninguno) sin darse cuenta de que lo que ha cambiado es él mismo, su acercamiento al aprendizaje y la construcción de lenguaje y de habilidades que ha llevado a cabo. Por supuesto que el más sorprendido era él cuando el mismo grupo se lo hizo reconocer. Por otro lado, la niña que no quería hablar de temas fuera de la clase, propició una sesión completa para discutir sobre lo que significa madurar e independizarse de "las marcas" (la mercadotecnia) y las opiniones de los demás y construir su propia personalidad.

El grupo de Arquitectura ha sido el más tranquilo y el menos "cuadrado". Una vez que habíamos construido la ecuación ordinaria de la circunferencia se les pidió hacer un dibujo creativo en Desmos utilizando rectas y circunferencias, como tarea. Las preguntas (vía Edmodo) comenzaron a llegar: "¿podemos usar otro tipo de curvas?". No solamente aprendieron a graficar otras curvas y a establecer las ecuaciones ordinarias correspondientes (viendo la galería de dibujos en Desmos o los videos en el canal de Desmos en You Tube) sino que, además, aprendieron a colorear utilizando desigualdades y a limitar dominios y rangos. Por supuesto que eso aligeró en mucho la carga del curso. y ese ha sido más o menos el tenor. El único descontento: que la clase sea a las 7 A.M. y que solamente haya 10 minutos de tolerancia.

Así que nos quedan seis semanas de cursos. El grupo que me preocupa es el de Prerrequisitos. Veremos cuántos están dispuestos a despegar.

sábado, 17 de agosto de 2013

La razón de mi Ayayay!, en Facebook

La razón de mi Ayayay!

La nota de Tendenciasde la Educación señala que gracias a la Multiversidad “Mundo Real” Edgar Morín, y con el apoyo del Colegio de Bachilleres del Estado de Sinaloa, la SEP inicia la inclusión, en septiembre de 2013, de una “meta-asignatura” sobre pensamiento complejo en los cursos de quinto semestre de bachillerato, para 50 mil alumnos, en el Estado de Sinaloa.
No es ni bueno ni malo en sí mismo. Pero, desde mi punto de vista, esta “buena intención” adolece de los mismos males que las adopciones de propuestas educativas en diferentes épocas. El texto que comentamos explicita que

A principios del siglo XX, efectivamente, se requerían unos 50 años para duplicar el nivel de conocimientos (académicos, filosóficos, culturales…) disponibles a escala planetaria. Hoy en día -debido en particular a las nuevas tecnologías de la comunicación- sólo ocho años han sido necesarios para obtener el mismo resultado. 

Frente a este flujo permanente de informaciones de todo tipo, necesitamos herramientas rigurosas para poder ordenar el conocimiento y ubicarnos con mayor pertinencia: El pensamiento complejo promete ser precisamente una de estas herramientas.
 

El mismo documento señala que Aún será preciso un tiempo para evaluar, con detalle, los impactos de este cambio curricular a nivel de preparatoria (bachillerato), y también los ajustes o enriquecimientos necesarios.  Y anticipa un punto de escape:  Pero, a la vez, esta introducción representa un antecedente potencialmente fecundo… siempre y cuando nosotros, los caminantes de la complejidad a través del mundo, tengamos la capacidad de difundir, debatir, criticar y proponer la complejidad como verdadera red planetaria, en lugar de seguir haciéndolo de manera aislada. 

Es decir que si no somos capaces de difundir, debatir, criticar y proponer la complejidad de la manera que se menciona, esto no va a funcionar. Pero de entrada ya emboletamos a 50 mil estudiantes y, asumo, un número suficiente de adeptos a esto del pensamiento complejo como monitores o profesores de esta filosofía.

Por otro lado, la Pontificia Universidad Javeriana nos hace saber, en IntroducciónGeneral al Pensamiento Complejo Desde los Planteamientos de Edgar Morín, que en el pensamiento complejo de Morín, se plantea la heterogeneidad, la interacción, el azar; todo objeto del conocimiento, cualquiera que él sea, no se puede estudiar en sí mismo, sino en relación con su entorno; precisamente por esto, toda realidad es sistema, por estar en relación con su entorno. Se podría distinguir algunos principios del pensamiento complejo: el dialógico, la recursividad, el hologramático:

1. El dialógico: A diferencia de la dialéctica no existe superación de contrarios, sino que los dos términos coexisten sin dejar de ser antagónicos.
2. Recursividad: El efecto se vuelve causa, la causa se vuelve efecto; los productos son productores, el individuo hace cultura y la cultura hace a los individuos.
3. El principio hologramático: Este principio busca superar el principio de “holismo” y del reduccionismo. El holismo no ve más que el todo; el reduccionismo no ve más que partes. El principio hologramático ve las partes en el todo y el todo en las partes.

Una de las preguntas que me surgen a bote pronto es si las capacidades de lectura de comprensión de los alumnos de los Colegios de  Bachilleres sinaloenses están tan por arriba de las de los alumnos de los bachilleratos del resto del país.

Por otro lado, uno de los planteamientos de esta propuesta es que no debe esperarse hasta que los alumnos lleguen a la universidad para  introducirlos al pensamiento complejo. Suponiendo que esto se hiciera en nuestras universidades, ¡parecería que adelantarlo un año es la solución!

Para mí gusto esta propuesta es elitista e igorante de la realidad, puesto que uno de sus fundamentos es ni más ni menos la necesidad de  La reinserción necesaria de un sentido propedéutico en las enseñanzas, como introducción necesaria para una recepción coherente del conjunto de aprendizajes realizados en cada disciplina.

A volar el desarrollo de habilidades generales que preparen al alumno, en todos los ámbitos, para los retos del mundo al que se enfrentarán (competencias en el sentido de Perrenoud). Vamos a preparar alumnos para que tengan una recepción coherente de los aprendizajes de las disciplinas por venir.

La propuesta me recuerda aquella de Desarrollo de  Habilidades del Pensamiento que durante años formó parte de los cursos sello del Bachillerato del Tec de Monterrey. Una promesa, también. El objetivo: enseñar a pensar a los alumnos. La realidad: cursos que los alumnos aprendían a aprobar, pero que no ayudaban en nada dentro del resto de los cursos del mismo Bachillerato. Al ingresar al nivel universitario, los alumnos que pasaban por este programa tenían las mismas habilidades que los alumnos que provenían de otros bachilleratos, sin pasar por este entrenamiento.

Tengo otra pregunta: ¿hay una edad (la adolescencia pareciera ser, según lo que observamos) para “enseñar” a pensar? Y también: ¿Enseñamos a pensar siguiendo el pensamiento de una persona que, la misma Javeriana señala en el documento citado, en “su vida intelectual ha sido nómada, que se ha estado constantemente organizando y reorganizando, algo así como hacen los seres vivos cuando evolucionan, que viajan constantemente en reorganizaciones genéticas.?

Hay concepciones del aprendizaje que no entiendo pero que aparecen en los docentes y en los alumnos. A la pregunta de cómo aprendemos a nadar (donde esperaba que me dijeran que metiéndonos al agua), los alumnos me dicen que lo hacemos observando a los que nadan. Años atrás, en un Diplomado en Enseñanza de las Matemáticas que intentamos en la Ibero de Tijuana, esta misma concepción aparecía entre los docentes: los alumnos entran en posesión de madurez intelectual a los 18 años, aprenden si se les motiva con ejemplos valiosos, videos, exposiciones, etc. 

Para "moverles el tapete” diseñé un anuncio sobre un supuesto taller de natación que nos estaban ofreciendo, ¡y los invite a inscribir a sus hijos!  De entrada se mostraron entusiasmados. Lo que sigue es la conversación que se fue dando entre los docentes participantes.

·         Si: hay un proceso. Hasta donde van a forzar al alumno a meterse al agua y cuáles serían las consecuencias
·         La primera sesión es de motivación y eso es importante.
·         De acuerdo. Llama la atención. Pero no el inciso a) de la primera sesión. Eso podría reforzar los miedos. Tiene que ser más fluida la entrada, gradual, hay que llevarlos despacito, gradualmente, hasta que los convenzas de estar adentro. Hay que seducirlos.
·         Hay edades en que los niños  no están preparados. Para alguien que ya tiene miedos, sería difícil, la motivación puede ayudar pero no garantiza la confianza.
·         Cómo sé que es el mejor sistema. Una semana, chapuzón (¿?),  una semana ayudan. Una… ¿no es algo ilusorio?
·         NO.  El tiempo de duración no me parece suficiente. Los videos no ayudan, ni la presentación.  Pánico que se puede crear. No me interesa la competición.
·         Descartada la competencia. No nos interesa el estrés de la competencia.
·         El video muestra solo el final del camino. A ese punto solo llegan algunos y el camino realmente es largo.
·         Hay cosas distintas. Una semana no parece suficiente. Que significa competencia. El tiempo de práctica es realmente muy poco. Dejar la teoría y fomentar la práctica. No al chapuzón.  Depende de qué nivel estés lo que vayas a aprender. El método es estresante aunque a veces funciona. Depende del background.
·         Llevar primero a un nivel de sensibilidad para que los videos funcionen. Tomar en cuenta cosas de los alumnos, como la madurez. La coordinación no se lograría en una hora.

En pocas palabras: hay que conocer bien a los alumnos y el nivel en el que están, hay que reforzar la práctica, competir no es lo importante, no hay que forzar al alumno. Hay que seducirlos.

Mis preguntas finales:
  1.    ¿Por qué tenemos que esperar al bachillerato para que los alumnos desarrollen hábitos de razonamiento crítico, creativo, complejo si se quiere?
  2.  ¿Por qué seguir el camino de Morín, o de Margarita A. de Sánchez, o de quien sea?

En ese sentido, me llamo Siddhartha (Hesse).


viernes, 21 de junio de 2013

Mi clase de Estadística de este día

El curso es Estadística, para alumnos de Psicología y Pedagogía, en la Ibero de León. Hay 20 alumnas y dos alumnos, y la mayoría cursa el segundo semestre de Psicología. Seguramente desde la secundaria, o tal vez antes, decidieron que estudiarían algo que no tuviera nada que ver con matemáticas. Y entonces resulta que tienen que cursar Estadística y que la profesora soy yo. 

Por supuesto que he aprendido que los alumnos de estas generaciones, independientemente de la carrera que elijan, desconocen mucho de la aritmética fundamental (proporciones, reglas de tres, conteo organizado, por ejemplo) y batallan mucho con los rudimentos del algebra (uso de paréntesis y prioridad de las operaciones,  especialmente). Estos alumnos no son la excepción y, además, desconocen el uso del Excel como herramienta para cálculos sistemáticos  (problemas al escribir fórmulas que requieren de paréntesis), no tienen estrategias de estudio y no saben tomar notas: tratan de escribir todo lo que ven/escuchan y por ello no ponen atención, pero además copian mal lo que ven y lo que escuchan (“cuadriles” en lugar de cuartiles, por ejemplo).

En las cuatro semanas que llevamos en este curso de verano (tres horas diarias) hemos ido construyendo el porqué del uso de la estadística (censos, conteos para formar ejércitos, etc.), las técnicas de la estadística descriptiva y la elaboración de un reporte del estilo de los que presenta Mitofsky (con las limitaciones del caso), y estamos en el asunto de la inferencia. El problema mayor, derivado de un pésimo conocimiento geométrico que los lleva a sumar valores de la variable con valores del área/probabilidad y a no saber cómo buscar los complementos de las áreas dadas por las tablas, consistió en entender cómo se lee una tabla de distribución normal y cómo se utiliza en la resolución de ejercicios diversos. A eso dedicamos casi diez horas. Y al introducir la tabla de distribución t, asumiendo que ya tenían la experiencia de la normal, dedicamos otras seis. No quieran saber lo que pasó cuando quise introducir ji-cuadrada.

Para la mayoría, en cada situación/ejercicio que se les presenta hay que hacer (el maestro) una revisión de conceptos (muchos no hacen nada si no se explicita) e ir haciendo las preguntas que los lleven a resolver el ejercicio. La ausencia de autonomía se puso en evidencia en el último examen semanal: debían desarrollar en Excel sus cálculos y subir su archivo de trabajo a Edmodo. Los vi trabajando en sus cuadernos, utilizando la calculadora de su celular y copiar los resultados a la hoja de Excel redondeando, además, lo que no era redondeable. Uno de los alumnos preguntó, explícitamente y en voz alta, si podía utilizar las fórmulas de Excel. Al terminar el ejercicio mostré lo que yo esperaba (porque todo el curso hemos utilizado Excel y Minitab) y lo comentarios fueron del tipo “es que no nos dijiste que lo hiciéramos así”.

En fin, la sesión de hoy la planee a partir de las conversaciones de ayer con mis amigos en Facebook:

La tarea para los alumnos, para compartir en Edmodo, era:

Construir un mapa mental, utilizando los conceptos estadísticos, para construir la ruta que me lleva de la pregunta "¿Con qué está relacionado el desorden llamado narcicismo?" a las "Explicaciones plausibles para el narcicismo".
Pueden utilizar cualquier software para su mapa mental. Luego, comparten la liga de su archivo.

Resultados: después de 15 minutos, los alumnos todavía no entendían el ejercicio y las sugerencias y comentarios eran de ir a preguntarle a un profesor o estudiar lo que se sabe del narcisismo. Los conceptos estadísticos que hemos manejado en el curso no aparecían por ningún lado. Otra dificultad fue el uso de un software adecuado para hacer un mapa mental. Les compartí “Una docena de aplicaciones para crear mapas mentales que aumentarán nuestra productividad”  y algunos decidieron utilizar MindMeister, otros Popplet, y otros siguieron con Word. Al final recibí 20 mapas (que no he revisado). 

A partir de ese trabajo individual, construimos el mapa de la clase. Las alumnas fueron proporcionando la información y la dirección del mapa. Aparece en las dos fotografías tomadas del pizarrón.



En el transcurso de la actividad comentamos que, puesto que hay un artículo que dice que la gente que utiliza Facebook es narcisista, podríamos plantearnos utilizar como población la de nuestros contactos de Facebook y seleccionar una muestra aleatoria de tamaño adecuado y, entonces: a) aplicarles el test que se mencionó antes; b) revisar los perfiles de cada uno para ver la manera en que se describen, el tipo de cosas que comparten, etc. De ahí provendrían los datos para el estudio.

Esto condujo a una inquietud generalizada: nuestra información en Facebook, ¿la pueden ver otras personas? Comentamos entonces diferentes sucesos:
3)      La película “Untraceable”

Entonces les pedí que:

  •  en Google Images escribieran su nombre. Los “no manches”, “ni me acordaba de estas fotos”, “yo ni siquiera supe a qué hora me tomaron la foto”, etc., se multiplicaron
  • en Wolfram Alpha escribieran “my facebook report” y, luego, dar click en Analize my Facebook Data
Sorpresas! Más de lo que quisiéramos está en las bases de datos de Google y de Wolfram. 

Fue una actividad interesante, divertida y que los puso a pensar. Terminamos reorganizando el trabajo de la última semana, como se muestra en las fotos:






La esperanza es que el próximo lunes no haya más dudas.


jueves, 23 de mayo de 2013

El final de mi experiencia en el Colegio: en cama por exceso de adrenalina

En enero, al iniciar este semestre en el Colegio del Bosque, escribí una entrada sobre mi confianza en los resultados de este curso. "Esperanza inútil, flor del desconsuelo", dice la canción. El curso terminó y es la hora de que no entiendo de qué se trata lo que se hace en esa escuela. Me queda claro que lo académico es lo menos importante, eso sí, y algunas de las alumnas incluso lo compartieron conmigo. Para ellas (muy pocas) se trata de meterlas en asuntos religiosos. Y tienen razón. Se trata también, reconocen como dos de ellas, de inducirlas a la obediencia más que a la discciplina. Y tienen razón también.

La agenda está orientada, me parece, a hacer de ellas unas muy devotas y cristianas esposas. Una conferencia a la que fueron convocadas todas las alumnas (y las maestras en ese horario, incluida yo), versó sobre la importancia de cuidar su feminidad, tal cual la describe Wikipedia:

"Se entiende por feminidad un conjunto de atributos asociados al rol tradicional de la categoría mujer. Algunos ejemplos de esos atributos son la comprensión, la delicadeza ysuavidad, la muestra de afecto, la educación y los cuidados de la descendencia, etc. De manera que a lo largo de la historia de (al menos) los países occidentales, y todavía hoy día, las mujeres han sufrido una gran presión social para responder delante de las demás con comportamientos asociados a esos atributos."

El objetivo: casarse (el de todas estas niñas, dijo la conferencista) y evitar a toda costa esa "terrible desgracia que es el divorcio". Por eso hay que verse siempre bonitas, con el adorno, etc. Casi vomito! 

Algunas de las niñas hablan de estudiar para trabajar. Expresado en voz alta, entre los dos grupos, solamente una decena. La mayor parte no mostró más interés que el de pasar la materia a costa de lo que fuera. Y para eso el Colegio brinda muchas facilidades.

Hay niñas que están a cargo de apoyar los asuntos "pastorales" o como se llamen. Se salen de clase porque tienen que ayudar a lo que sea, o porque son convocadas para hacer la colecta para piñatas para los niños con menos recursos ("Fé, Esperanza y Caridad" se llama la película), u otras actividades del estilo. Y claro, se pierden las clases y hasta puede ser que reprueben (con todo y que con un 3 en el examen y un 9 en entrega de tareas copiadas, aprueban). Le toca al maestro explicar las razones de la reprobación a los padres de familia, por escrito. En general son las niñas las que ayudan en tareas para las que debería de haber personal a cargo (por lo menos en el Bachillerato de la Ibero Tijuana así funcionaba), si el énfasis estuviera en lo académico. Todas esas ausencias están condonadas. Indulgencias.

Las suspensiones de clase son frecuentes. Unas están contempladas en el calendario (misas, por ejemplo), otras simplemente se imponen cuando quien sea entra a la clase a dar recados, entregar libretas, dar información, o repartir flores y regalos por el día del amor y la amistad. Nunca había visto tanto desorden en ese sentido. 

Es la primera vez en mi trabajo docente, cualquiera que sea el rol que yo haya jugado, en que no oí a alguna profesora quejarse por falta de tiempo para completar el programa debidamente. Porque no parece que importe. Eso me quedó clarísimo al inicio del semestre. Dado que el semestre anterior el tema fue Geometría Analítica, lo que seguía era Pre Cálculo, en el orden lógico/histórico/didáctico. De hecho las niñas tenían el pésimo libro de Precálculo de Editorial Santillana, comprado desde agosto del año anterior (el bachillerato se maneja con el calendario de secundarias, como si fuera un año lectivo y no dos semestres). 

Acababa de comprar yo tal libro para tenerlo como referencia y no excederme demasiado en mis pretensiones del curso, cuando la coordinadora me envió el programa oficial: una ensalada de Geometría Elemental y Estadística. Le expliqué que la Geometría Elemental (plana) debieron haberla visto ANTES de la Geometría Analítica y que el libro que las alumnas habían comprado era Precálculo, como correspondía. "Eso es lo que envía Monterrey" fue su respuesta. Pero no tiene sentido, repliqué, imagínate que los padres de familia vienen a preguntar. "Los padres de familia nunca se enteran de eso" contestó.

Y sí, no lo dudo. Se enteran de si la alumna reprueba, y entonces puede ser que se acerquen a preguntar las razones... al final del semestre. Los reportes que me pidieron entregar sobre las cuatro alumnas que reprobaron el segundo periodo de parciales, hace dos semanas (ya estamos en finales) piden que explicite las estrategias para que la alumna, cada una, se recupere... una semana antes de terminar el periodo.

Porque solamente cuatro alumnas reprobaron a pesar de que hubo una docena de niñas que dejaron de asistir a clases durante tres semanas; porque pasaron dos semanas en preparación (me enteré por sus compañeras, ante las ausencias reiteradas) y luego se fueron a competir en el evento de su sistema, a Puebla. Tres semanas sin clases, sin tareas, sin trabajos. Dos de las alumnas concursaban en matemáticas (exámenes que recojen los tipos de ejercicios de los libros de texto, nada comparado con los problemas del Honors Math Contest de la Universidad de California en San Diego en el que participaban los alumnos del Bachillerato de la Ibero Tijuana, en aquellos buenos tiempos, y quienes no recibían más que el diploma de participación o la medalla que merecían). Las demás concursaban en Inglés, Español, Robótica o Apostolado. Todas debieron ser exentadas en el examen de matemáticas del segundo periodo.  Y hoy me pidieron modificar las calificaciones de las "Evidencias" (se supone que son de desempeño en las tareas asignadas para mostrar los aprendizajes) para que todas tengan 10 también.

La cereza del pastel la puso una alumna de las cuatro que reprobaron: en algún momento del curso copió una tarea y yo había establecido, desde el incio, que tarea copiada equivale a cero. Quería que le pusiera un punto extra para pasar, aduciendo que yo le había quitado un punto cuando hice el comentario. Explicarle que en realidad tenía cero fue tarea inútil. Ella quería pasar, y llevaba listo el formato proporcionado por la coordinadora para que yo lo llenara. Afortunadamente la sesión terminó porque tenían un examen oficial. De todos modos, no iba a firmar semejante cosa.

Sí, me enfermé. Del estómago y de migraña, y me enronché (exceso de adrenalina). Y aquí estoy, en cama. Y no vuelvo. De mi parte que les pongan 10 a todas. Y eso ya se los comuniqué, con mi firma electrónica para validarlo.


jueves, 14 de marzo de 2013

Los problemas que enfrentan los alumnos, actualmente

Hace unas semanas el periódico Es lo Cotidiano publicó un texto que escribí sobre mi visión (parcial) de la problemática educativa en México.

La manera en que las escuelas han dejado de cumplir lo que el sentido común espera de ellas: formar ciudadanos y capacitar a los alumnos en al menos dos aspectos fundamentales: la lecto-escritura y las habilidades numéricas básicas, se percibe en el desempeño de los estudiantes.

Cierto que hay alumnos que destacan, como el caso de Alejandro Solórzano Garibaldi, quien acaba de publicar su primer poemario mientras cursa el tercero o cuarto semestre de la carrera de Comunicación en la Ibero Tijuana.  Y no es el único de su generación. En el mismo grupo que tuve el placer de tener a mi cargo en su primer semestre de la carrera hay cantantes de ópera, conductores de televisión, modelos, bailarinas de ballet, diseñadoras de moda, y muchas otras artes. Pero esas habilidades no las desarrollaron en la escuela, me queda claro.

Este semestre estoy sorprendida con el tipo de dificultades que encuentran los alumnos de segundo y tercer semestre de Ingeniería en el curso de Probabilidad y Estadística. El lenguaje usual no lo dominan, sus referentes son francamente limitados, y no conectan los diferentes aprendizajes que se supone han tenido. El razonamiento algebraico es muy limitado y todavia no tienen noción del cálculo! Probablemente me asignaron un grupo de estudiantes que estás repitiendo el curso de cálculo y/o el de probabilidad. Y seguramente, por lo que alcanzo a ver, los cursos que tomaron se redujeron al manejo de algunas fórmulas y reglas generales pero no buscaron desarrollar conocimiento y razonamiento.

El mismo programa de estudios es muestra de las limitaciones que el curso impone (y que yo no pienso respetar): la única distribución de variable continua es la normal sin siquiera una introducción a lo que significa una función de densidad de probabilidad y sus condiciones. Nada de distribución uniforme, o exponencial, o ... ¿Será que quienes diseñan los programas, sentados en sus escritorios, nunca han ejercido realmente como ingenieros en una planta, en un proceso de análisis, etc.?

Las limitaciones que les han impuesto seguramente les satisfacen, en el sentido de que no exigen de ellos más que la capacidad de aplicar fórmulas. Pero les cuesta trabajo identificar la variable aleatoria en el problema (ejercicio de libro) y, por supuesto, decidir el tipo de distribución a la que corresponde, en el caso de las discretas. Plantear un ejercicio simple, de los que se acostumbran en un libro de texto para estudiantes de administración, les supone un gran esfuerzo y no siempre lo logran. Confunden valorse de la variable con probabilidad y batallan para calcular una probabilidad cuando es necesario hacer un mínimo de "aplicación de áreas" utilizando las tablas de distribución normal.

En lo más general, batallan con el Excel (desde formatear una celda) y no tienen habilidades desarrolladas en la búsqueda de información relevante y útil para llevar a cabo su trabajo. Tampoco tienen un manejo siquiera  mediano del inglés, por lo que sus búsquedas son en español solamente...  en "respuestas de Yahoo".

Lo bueno: algunos comienzan a sentirse interesados por aprender más y en seguir aprendiendo por su cuenta a través de los sitios que hemos compartido. Lamentablemente no son todos.

Lo malo: la universidad asegura estar desarrollando competencias en sus alumnos, pero no hay muestras de ello :(













lunes, 14 de enero de 2013

Mi experiencia en el Colegio de la niñas.

Nunca había impartido un curso de Geometría Analítica en bachillerato (tercer semestre), aunque elaboré el programa para los colegios del Sistema Jesuita y diseñé y redacté un libro de texto que se utilizó con los alumnos del Bachillerato de la Ibero Tijuana, en línea y gratuito. Claro, el seguimiento de los alumnos en ese bachillerato, desde primer semestre, era parte de mi trabajo. Y muchos de ellos fueron mis alumnos en los primeros dos semestres, donde se sientan las bases para la Geometría Analítica. Los programas de esos cursos también estuvieron a mi cargo.

Lo anterior equivale a decir que desconocía por completo cómo funcionan los bachilleratos en general, y solamente tenía la experiencia de Oscar en la Prepa Lázaro Cárdenas de Tijuana. Es decir: llegué en blanco con mis dos grupos de niñas.

Había transcurrido ya un mes sin que hubiera profesor asignado para ese curso y me contactaron a través de una amiga; me pareció interesante y acepté. Un mes sin clase de matemáticas resultó ser una gran barrera. Lo que habían aprendido en los cursos anteriores parecía haberse desvanecido por completo, excepto en algunos casos muy notables. Además, en uno de los grupos hay una jovencita japonesa de primer ingreso, que no hablaba español (ni lo habla todavía) y cuyo auxiliar es un traductor en el que escribe lo que ve en el pizarrón. Hubo que buscar textos en inglés, que es lo que mejor entiende, y elaborar en esa lengua algunos materiales y los exámenes. En el otro grupo hay una chica coreana que medio habla español y no habla inglés. La colaboración entre las alumnas era casi nula y esperaban un curso de recetas. Además, mi total desconocimiento de los reglamentos de una escuela que depende de los Legionarios de Cristo. Hay anécdotas para compartir, derivadas de eso.

Pero a mí nadie me dijo de los reglamentos hasta poco más de una semana después de que me incorporé al Colegio. En ese tiempo las chicas aprendieron que el celular tiene usos diferentes a los que ellas acostumbraban, que hay sitios como Desmos y Wolfram Alpha para apoyar el aprendizaje y que se pueden compartir documentos en Dropbox y Drive, evitando el papeleo. Una de las sorpresas para el coordinador fue ver a las alumnas en parejas o grupos de tres ayudándose a entender los problemas, sentadas en el piso, por ejemplo. Sin embargo los asuntos de motivación y participación fueron la batalla constante a lo largo de los tres meses del curso, de los cuales un mes completo se perdió entre los periodos de exámenes, las misas, los retiros de las niñas, etc.

Y sin embargo hubo pocas alumnas reprobadas. Ciertamente, el sistema de calificación (otra de mis sorpresas) es bastante relajado. Pero lo esencial del curso (rectas, parábolas y circunferencias) quedó en la mayor parte de las alumnas.

Este semestre decidí comenzarlo utilizando Edmodo para tener un mejor control de los avances y la participación de cada una de las niñas. Ha resultado muy motivador. Pero por otro lado, decidí también comenzar el curso de Pre cálculo (Mate IV) a partir de problemas de modelado, retomando las rectas para modelar situaciones sencillas, al tiempo que vamos construyendo el lenguaje que require hablar de funciones. Todo documentado en el grupo de Edmodo.

Esta semana comenzamos a analizar polinomios, en general, utilizando los recursos de Desmos, dado que las situaciones que se plantean en los artículos de las revistas Nexos (diciembre 2012) y Este País (enero 2013) no muestran comportamientos lineales. Y hay muchos tipos de comportamientos. Suficientes para avanzar construyendo un curso que desarrolle habilidades de observación, de comprensión de la realidad y de las alternativas de análisis para el planteamiento de soluciones, al mismo tiempo que hablamos de funciones y sus gráficas y aprendemos el lenguaje que corresponde.

A mí me parece que está funcionando, aunque es muy pronto para decirlo. Veremos, en un mes, si tengo razón.





martes, 4 de diciembre de 2012

Terminó un semestre!


Ha terminado un semestre académico en León, en la Ibero. Sí, los programas de estudio son distintos, comparados con los de la Ibero Tijuana. Más ambiciosos en cuanto a la cantidad de temas por cubrir, lo que hace que se vean con menos profundidad y se tengan que pasar por alto muchas aplicaciones y conexiones con otras áreas de estudio, lo cual es una pena. También, la procedencia de los alumnos (en todos sentidos) es mucho menos heterogénea, pero los pocos alumnos “foráneos” no se integran totalmente a la vida social y académica del grupo, algo que no es específico de la cultura de la universidad pero sí de la de la ciudad.

Especialmente los alumnos de la carrera de Ingeniería Civil, y por lo menos en este grupo de primer semestre, se mantuvieron aislados del resto en todos los aspectos. Resultó ser una mala decisión el no compartir con los demás y no aprovechar lo que el grupo podía ofrecerles en cuanto a soporte, pues de los cuatro IC solamente uno de ellos aprobó el curso, sustentado en sus antecedentes académicos y su determinación por hacer las cosas, solo. Claro, eso del PLE y del PLN es algo de lo que la academia parece no estar enterada, como bien me pude dar cuenta en la semana del Taller de Inducción que nos ofrecieron a los docentes que recién nos incorporábamos a la institución. Si los docentes no comparten, ¿cómo podrían valorar la colaboración e invitar a participar a los alumnos de ella?

Sin embargo hubo avances en el grupo en varios sentidos: el uso de Facebook para compartir materiales, documentos, experiencias y preocupaciones,  y el uso de Wolfram Alpha como herramienta para evaluar sus procedimientos y resultados y para investigar sobre la forma de las curvas o las raíces de ecuaciones con las que nunca se habían topado. Pero también el uso de GeoGebra, Dropbox y Drive, entre otros recursos. El aligerar un poco el trabajo de talacha permitió abordar aspectos más conceptuales del Teorema Fundamental del Cálculo, por ejemplo. “Estamos viendo el cálculo con otros ojos” fue una expresión que me encantó, precisamente cuando trabajábamos con las aplicaciones del Teorema.

De los aspectos recurrentes en los cursos de cálculo que he impartido: las deficiencias en el manejo del algebra elemental, el desconocimiento de todo lo que se refiera a logaritmos, a funciones e identidades trigonométricas y a los elementos del algebra superior. Y el “yo creo”, “yo pienso”, “siento que”, etc. sobre lo que “fundamentan” sus procesos y resultados a falta de un trabajo formal al que no han sido acostumbrados/exigidos.

Hace años que abogamos porque en lugar de cursos operatorios de cálculo, en el bachillerato, se ofrecieran fundamentos sólidos sobre los cuales construir el cálculo de manera correcta, construir el sentido de variabilidad, el concepto de número real (realmente), y desarrollar el pensamiento lógico.  Sin embargo se siguen ofreciendo copias del álgebra de la secundaria, se sigue trabajando con base en fórmulas (generalmente mal aprendidas), el concepto de número solamente abarca los enteros y los decimales que dé la calculadora, y no hay nociones de lógica matemática.

Esto es en la universidad. ¡Esperen a que les cuente la experiencia en el Colegio de niñas (bachillerato) en el que estamos a punto de terminar un semestre más que accidentado!