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lunes, 16 de julio de 2012

Los cambios, vistos por Sir Ken Robinson


Ayer comentaba el cambio que he vivido en Tijuana en lo que se refiere al uso de la tecnología, los temas en los que participo y la colaboración que parece ser, más que un deseo personal, una exigencia para todos pero muy particularmente para los docentes.

Si estás vivo y en la Tierra, estás atrapado en una revolución global, dice Sir Ken Robinson en su libro OUT of OUR MINDS. Learning to be creative. Y señala que no es metafórico, sino literal. Las fuerzas que guían esta revolución, dice,  son la innovación tecnológica y el crecimiento de la población, las que transforman la manera en que vivimos y trabajamos  y que cambian la naturaleza de la política y la cultura.

Seguramente cada uno de nosotros ha experimentado esta revolución en más de una manera. Bien utilizada, la tecnología pone al alcance de todos el arte, la ciencia, las culturas del mundo, las notas trágicas y las alentadoras que ocurren en cualquier parte. Lamentablemente no todos tenemos el privilegio de poder conectarnos a alguna red que nos permita acceder a todo eso.

Hemos sido testigos de las revoluciones que han ocurrido en el mundo (Egipto, por ejemplo) apoyadas a través de las redes sociales, y de la fuerza con que ahí han surgido los grupos en defensa de muchas causas sociales. En lo que a educación se refiere, hemos visto surgir un sinnúmero de opciones para crear, compartir y poner a disposición de una amplia comunidad los resultados de nuestro trabajo. A través de TED, por ejemplo, tenemos acceso a las conferencias de los más reconocidos educadores, y pienso en el mismo Sir Ken Robinson y en Sugata Mitra.  A través de YouTube, tenemos acceso a cursos completos de las grandes universidades, como Harvard, el MIT y Stanford. Pero no voy a hacer aquí una lista de todas las oportunidades que tenemos para formarnos y para ayudar a formar a nuestros alumnos. 

Regreso al texto de Robinson, quien hace notar algo muy significativo: las nuevas formas de trabajo dependen cada vez más de niveles altos de conocimiento especializado, de creatividad y de innovación. Señala  que, particularmente, las nuevas tecnologías requieren de capacidades totalmente diferentes de aquellas requeridas por la economía industrial.

Muy atinadamente refiere que el ideal de tener un trabajo en el cual permanecer de por vida es cosa del pasado. Y en este punto su discurso se conecta con el del epistemólogo Nassim Nicholas Taleb, en su libro The Black Swan: The Impact of the Highly Improbable, el cual se enfoca en el impacto extremo de cierto tipo de eventos raros (en su ocurrencia) e impredecibles.  Dice Robinson que los cambios tecnológicos, combinados con los cambios en la población y en el clima, afectan a cada uno de los habitantes de este planeta y que los resultados son altamente impredecibles, de manera que los cambios a los que se verán expuestos los jóvenes dentro de 50 o 100 años serán únicos en la historia.

Hay, pues, que pensar y actuar de manera diferente dice, citando a Lincoln. Y en concordancia con Taleb, comenta que las ideas que han guiado nuestras vidas (las regularidades sobre las que construimos nuestras certezas y trazamos nuestros planes de acción) ya no son verdaderas ni relevantes,  debemos sacudírnoslas para poder avanzar.

Sobre su cuestionamiento al sistema educativo (global) y hacía dónde debería apuntar su diseño, comentaré en un próximo post.