jueves, 31 de marzo de 2016

20 de febrero: proporcionalidad y semejanza

Ante el interés de los chicos por aprender a dibujar en perspectiva, como lo hace Toño, esta sesión la dedicamos a esos temas.

Comenzamos desde el arte, con un material sobre La representación del espacio que hice para el Diplomado en Enseñanza de las Matemáticas que diseñé e impartí en la Ibero Tijuana, en 2009. El texto que acompaña a esa presentación está también disponible.

Enseguida les pedí escuchar y observar el video que ilustra El teorema de Thales, obra de Les Luthiers, y explicar lo que hubieran entendido al respecto.

Por supuesto que hubo que esclarecer los términos al tiempo que introducíamos notaciones necesarias en geometría.





Y proponer un ejercicio sencillo que permitiera saber si habían entendido los conceptos y, al mismo tiempo, pudieran determinar las dimensiones de un corazón a una cierta distancia de uno dado, en pespectiva, para satisfacer la inquitud que dio origen a este tema.



Es importante señalar que estos aprendizajes se trasladan a otras áreas, pues actualmente los chicos trabajan, entre otras cosas, en el diseño de un mural en las paredes del patio del Centro. El diseño se hace en papel y luego se traslada al muro, en una escala adecuada, bajo la supervisión de Toño. Antes prepararon el muro.



Otra de las actividades es la creación de un huerto orgánico:




miércoles, 30 de marzo de 2016

Antes de San Valentín, en el CIPEC

La actividad consistía en crear una tarjeta de San Valentín, que dedicarían a quien ellos quisieran, sin compartirla con el resto (ni en fotos).

Las mismas reticencias que tienen como origen las descalificaciones que han recibido, en este caso porque "no sabes dibujar" desde el punto de vista del maestro. Ignoro cuáles son los estándares del dibujo según los maestros y estoy convencida de que muchos grandes artistas serían descalificados por ellos.

Recuerdo siempre la primera experiencia que tuve con un chiquito de primer año de secundaria, cuando comenzaba mi carrera como maestra. Les pedí que, de manera individual, cada uno retomara una lección del libro "Matemáticas 100 horas", para cuya segunda edición había yo escrito un buen número de lecciones y las ponía a prueba con ellos. Esos materiales se trabajan al ritmo de cada alumno de modo que la condición era que tenía que ser una lección que el alumno ya hubiera cubierto. El formato era a elección de cada alumno y podía ser texto, historieta o mixto. Cada uno seleccionó su tema y comenzó a trabajar mientras yo observaba lo que hacían, fila por fila. Al llegar a la última encontré a uno de los chicos con la página en blanco y le pregunté la razón. "Es que no sé dibujar", dijo; respondí que todos sabemos dibujar y que bastaba que hiciera "monos", que ilustré rápidamente:
                                                 
Insistió en que no sabía hacer eso, de modo que le ofrecí una alternativa "simplificada":
                                               
Terminó por decirme que desde el kinder los maestros le habían dicho que no sabía dibujar. Y se lo había creído. Fue difícil convencerlo de hacer cualquier cosa que implicara trazar algo.

Como madre de familia también me enfrenté a situaciones semejantes: "tu hijo dibuja a lápiz" ("mira qué bonito dibujan las niñas con mucho color"), "tu hijo no sabe decir lo que es el color" (aunque todos los trabajos se quedaban para exposición), etc. La diferencia es que una cosa es lo que opine un maestro o varios y otra es lo que nos creemos en esta casa.

Los chicos del CIPEC, en su mayoría, comenzaron a crear sus dibujos después de algunas sugerencias: dibujar un 2, reflejarlo sobre un eje vertical tangente a la primera figura, o un 3 al que se le alargan los extremos, como se muestra enseguida:
                                        
Algunos querían que su dibujo quedara como el de Toño, quien es arquitecto y había hecho una progresión de corazones en perspectiva. Tomé prestada una actividad de la película La sociedad de los poetas muertos: poner a esos chicos a caminar mientras el resto los observaba. Luego pedí a los observadores que dijeran si todos caminan de la misma manera o no, y comentar al respecto. Funcionó excepto para uno.





 



Otras opciones eran escribir una ecuación de un corazón (buscada en la red por ellos mismos) y/o graficarlo en Desmos. Luis, uno de los chicos más avanzados (tercero de secundaria) eligió construir corazones en la aplicación pero, recién integrado al grupo, requirió del apoyo de Tamara quien le explicó cómo utilizarla.




La insistencia en dibujar en perspectiva dio el tema para la siguiente sesión: proporcionalidad y semejanza.




6 de febrero 2016

La siguiente sesión, el 6 de febrero, continuamos hablando de las máquinas de guerra. Esta vez sí las de Leonardo.
Primeramente revisamos los avances del cómic en cada uno de los equipos, aunque no estuvieron todos los alumnos.

 

Tuvimos una conversación acerca de lo que es trabajo en equipo a partir de algunas de las situaciones presentadas:


  • "Mi cómic..."  para referirse al cómic del equipo y que había sido delegado en el que, a su propio juicio, es el mejor dibujante.
  • "No vino el que se quedó con el cómic"; sin entender todavía que si el trabajo es del equipo cada uno debe poder dar cuenta del avance y del proceso, independientemente de los que falten.


De ahí surgió la necesidad de que aprendan a utiilizar Google Docs, por ejemplo, para compartir y colaborar en línea. Mientras disponíamos de una sesión en la sala de cómputo del Centro, desarrollamos un cadáver exquisito, como ejemplo de una construcción colectiva. Resultó una historia un tanto macabra en la que, por turnos, cada uno aportó una línea. Toño Falcón, el responsable del taller sabatino, proporcionó la línea del cierre. Sorprende la limitación que se auto imponen en este tipo de tareas lo cual, sin duda, es también refllejo de la censura escolar.

Luego, vimos algunas fotos de mi album de la exposición The Da Vinci Experience a la que asistí en el San Diego Air & Space Museum, en febrero de 2009. Disponíamos, además de un par de flip books, uno ilustrando el movimiento de la sierra hidráulica y el otro ilustrando su "tornillo de aire". Los chicos disfrutaron la experiencia y preguntaron, por supuesto, cuándo veríamos esa exposición por estos rumbos. Leonardo los fascinó, sin duda. En la siguiente sesión compartimos otros materiales sobre la obra completa de Leonardo (arte y ciencia) y les regalamos cuadros de un calendario sobre el tema.

Febrero 2016 en el CIPEC

Las actividades de febrero iniciaron, en realidad, el 30 de enero.

En diciembre habíamos conocido las cónicas a través de la pregunta de una de las chicas, como se relata en la entrada sobre la construcción de una caja y, posteriormente, en la sesión donde utilizamos Desmos para graficar algunas cónicas  necesarias para diseñar una tarjeta navideña. Los chicos recordaban bien las experiencias y los ejemplos sobre el uso de la parábola, que era lo que me interesaba de modo particular.

Comenzamos con un librito recién comprado en la Librería Efraín Huerta del Fondo de Cultura Económica: Las máquinas bélicas de Leonardo y otras historias científicas sobre Ciencia y Guerra, de Enrique José Díaz León. La sesión comenzó con la lectura del primer apartado, dedicado a "Arquímedes y la toma de Siracusa".

En el pizarrón se detalla la tarea del día.


Las fotos dan cuenta del trabajo de los chicos, en equipos.



Y los primeros esbozos para elaborar su cómic:







Adicionalmente se compartió con ellos un enlace que conduce diferentes recursos para crear cómics en línea.

En las siguientes sesiones se dio retroalimentación a las propuestas en papel y se ha buscado que compartan los enlaces a los cómics que crearon. La prohibición de compartir información en línea con ellos (políticas de la escuela) ha hecho difícil que lo logremos.


Enero 2016 en el CIPEC

Comenzamos este trimestre con dos actividades en una misma sesión.

La primera, vistos los acances y resultados del grupo en las utimas semanas de 2015, consistió en plantearles algunos de los ejercicios del Calendario Matemático que, convenientemente, había encontrado sin buscarlo en una de mis obligadas vueltas a Plaza Mayor, en León. Seleccioné los problemas que consideré más sencillos de los propuestos para el mes de enero que tratan, básicamente, de aritmética elemental.

Mi sorpresa fue grande: se bloquearon completamente. Parecían no entender nada de lo que se les pedía resolver. Así pasaron alrededor de 20 minutos, en actitud como de examen, sin atreverse a comentar o colaborar de alguna manera.



Supongo que ésta es la representación absoluta de lo que ocurre dentro de las escuelas tradicionales. Y no funcionó.

Afortunadamente había otra actividad: leer periódicos locales (Sanborns ya no vende periódicos nacionales) y revistas nacionales. Las fotos muestran la actividad de los equipos para responder a las preguntas planteadas en el pizarrón:


     
 


Como es habitual en nuestras sesiones, trabajaron de manera animada, compartiendo y conversando. Se sorprendían de encontrar tantos números y en tan diversos formatos en las notas que leían. Lo que costó trabajo fue que entregaran un reporte escrito, que es un tipo de habilidad que no hemos desarrollado mucho pero en la que comenzamos a trabajar.

La segunda sesión de enero la dedicamos a hacer una reflexión sobre lo que significa ser listo y lo que implica en cuanto a conocerse uno mismo para sacar provecho de sus habilidades y desarrollar su potencial.  La ventana de Johari fue el instrumento para hacer un muy breve análisis que condujera a ese conocimiento de sí.

















Abrimos la puerta al arte y al conocimiento, citando el curriculum elaborado por Leonardo al presentarse ante Ludovico Sforza, el Moro, en busca de empleo. Las semanas de febrero las dedicamos luego a conocer a Leonardo como científico e ingeniero.