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domingo, 15 de noviembre de 2015

La construcción de una caja

Los chicos con los que trabajamos Toño y yo (él trabaja con ellos sobre temas de lectura, redacción, dibujo) tienen entre 12 y 15 año. El conocimiento algebraico es practicamente inexistente por los pésimos programas educativos vigentes y porque los docentes solamente siguen alguno de los libros de texto que siguen los pésimos programas de manera muy mala.

La sesión comenzó a las 9:00 en punto, cuando apenas habían llegado la mitad de los chicos. Sin pausa, una de las niñas mayores me pidió que le explicara lo que era una ecuación cuadrática (cosas que no ha entendido en la escuela).

Comencé por explicar en el pizarrón, utilizando plumones de diferentes colores para diferenciar los elementos, la escritura general formal de un polinomio, los coeficientes, los exponentes, la variable (aquí no es incógnita). Entendido eso, que el exponente mayor se llama grado del polinomio y que el coeficiente en ese término se llama coeficiente principal. A partir de ahí que, dependiendo del grado del polinomio se hablaba de lineales (grado 1), cuadráticos (grado 2), cúbicos (grado 3), etc.

Entonces, una ecuación cuadrática, expliqué, es un polinomio de grado 2 igualado a cero:

                                            a*x^2 + b*x^1+ c*x^0 = 0

haciendo explícitas todas las potencias de x y comentando que no escribimos x^1 sino x, porque se supone que eso ya lo sabemos; ni escribimos c*x^0 porque se supone que sabemos también que x^0 = 1 y entonces c*x^0 se convierte en c*1 = c

Es decir, escribimos c*x^0 = c y la ecuación se escribe simplemente como

                                           a*x^2 + b*x + c = 0.

Agregué que las funciones cuadráticas (y expliqué la diferencia entre polinomio, ecuación y función) eran muy importantes en el estudio de los problemas de tiro parabólico, lo que ilustré con un problema sencillo, la gráfica, y todo lo que resulta de ahí.

Mientras, llegaron todos los estudiantes.

Expliqué la tarea a desarrollar y la escribí en el pizarrón:


Cada equipo de 4 disponía de una única hoja tamaño carta de papel de color rosa o verde. Si la echaban a perder no podrían tener otra. Además, sobre la mesa del profesor (por un lado del salón) había juegos de geometría, tijeras, cinta adhesiva y papel milimétrico.

Con una hoja blanca mostré que había que marcar dobleces sobre los cuatro bordes de la hoja, todos a la misma distancia de cada borde, para poder formar las esquinas correctamente, y mostré cómo doblar. Se les pidió que tomaran nota de cada cosa que iban decidiendo y haciendo para elaborar el reporte que presentarían al final de la sesión. Y comenzaron a trabajar de manera independiente, con mi supervisión constante para detectar si estaban atorados en algún punto o si estaban en otra conversación y actuar de manera pertinente.

Los tres equipos comenzaron por medir la hoja de color con mayor o menor precisión: 28 por 21.5 centímetros.


Equipo 1, muy activo. Registraron todo su proceso y lo fueron transformando para hacerlo más ágil y claro. Nunca doblaron la hoja de color para hacer tanteos. Solamente medición y cálculo del volumen en cada ocasión que cambiaban la medida que debían "recortar" de cada lado. Tampoco utilizaron el papel milimétrico. Era el equipo de los más jóvenes.
Desde el principio me dijeron que la base rectangular de la caja mediría 28 cm menos dos veces lo que tenían que doblar, por 21.5 menos esas dos veces. Pero estaba variando esa cantidad en cada cálculo. Su cuaderno se percibe, en la foto, lleno de esas explicaciones. Les pregunté que, si sabían que esa cantidad era la que hací que todo cambiara estaba variando, qué podían hacer para simplificar: "ponerle x" dijo una de las niñas. El cálculo se simplificó y sustituyeron la escritura que se observa por una tabla en la que iban registrando el valor de x y el volumen resultante, en cada caso.
El valor inicial que dieron al doblez fue de 4 cm, pero fueron a 3.5, 4.25 y 4.5 para determinar si el volumen crecía o no.  x = 4 parecía el mejor valor. Les sugerí verlo con mucho más precisión: calcularon para 4.01 y 4.02. el volumen era mayor en 4.01 y bajaba en 4.02. Les confié el secreto de Wolfram Alpha y el valor que proporciona: x = 4.019


Equipo 2, haciendo dobleces, por tanteos, con una hoja de papel milimétrico. Sin llevar un registro, a pesar de la insistencia de mi parte. En algún moment uno de ellos sugirió que mientras menor la altura y mayor la base rectangular, el volumen sería mayor. Le sugerí que pensara qué pasaría si fuera como una charola de hornear. Cayó en cuenta de su error. Comenzaron a doblar una y otra vez la hoja de color, sin registrar lo que resultaba, hasta que dejó de ser útil. La hoja de papel milimétrico la utilizaron mal, pues comenzaron a marcar las distancias a partir de los márgenes blancos y no de los bordes. Construyeron una caja, sí, pero no podían determinar si era la de mayor volumen.



Equipo 3, sin mucha participación, sin organización a pesar de a reiteración. reguntaron si la caja podría tener forma de cubo. Les pregunté si doblando la misma distancia en cada lado de la hoja obtendrían un cuadrado para la base, dijeron que no. Doblaron la hoja milimétrica para armar una caja, como se observa, y después midieron. Doblaron la hoja de color múltiples veces. No lograron avanzar.


Pasados 40 minutos el Equipo 1 dió cuenta de su trabajo y, por razones de tiempo, yo me puse en calidad de escribana para llevar el proceso al pizarrón de manera concisa. Las flechas que conectan los cálcullos, gráficos y tabla fueron parte de las respuestas a las preguntas de sus compañeros. Cuando iba a tomar la foto del pizarrón, ellos mismos se acomodaron para salir, orgullosos de su logro.


Termiamos con un regreso al punto de iinicio de la sesión: dado que en la fórmula de volumen, explícita en el pizarrón, hay tres x (una en cada factor), tenemos una función cúbica. Y que podíamos graficarla o pedirle al Wolfram Alpha que nos dijera todos sobre el polinomio cúbico involucrado. 


Sí, hay talento a pesar de lo que diga el INEE y sus exámenes que miden lo que a nadie le importa. 





lunes, 13 de junio de 2011

Cómo intentar trabajar de manera colaborativa y no morir en el intento (2)

El siguiente paso en este intento de echar a andar un trabajo verdaderamente colaborativo y crear academia consistió en un Taller: Internet como herramienta de trabajo para la oficina

Dirigido a: todo el personal (docentes, empleados, promotoras) de la Ibero Tijuana
Duración: 10 horas en sesiones de 2 horas al día, más 5 horas de trabajo independiente

Descripción de contenidos:
  1. Herramientas de Internet
  • Navegadores: Eficiencia e instalación. Mozilla, Explorer, Chrome
  • Buscadores: Google vs Bing
  • Herramientas de correo asociadas con el navegador: Hotmail (live) vs Gmail
  • Messenger, creación de grupos, organización de contactos
  • Herramientas del correo electrónico: anexar archivos, fotos, videos
  • Otras herramientas: Skype, Dropbox,
  1. Aplicaciones de Google asociadas con la cuenta de Gmail.
  • Aplicaciones de utilidad para el trabajo: Gmail, Docs, Books, Images, Videos, Calendar
  • Acceso a mis documentos desde cualquier computadora: crear documentos disponibles en línea y cargar documentos desde un disco duro para ponerlos en línea
  • Documentos compartidos (compañeros, alumnos, amigos)
  • Privacidad de los documentos compartidos
  1. Popplet: para mapas mentales, organigramas, procedimientos y recetas
A este taller se inscribieron tanto maestras de Enfermería como un profesor de arquitectura y dos personas del áreaadministrativa (mujeres).

En primer lugar el instructor del taller tiene que tomar en cuenta las diferencia individuales muy marcadas en lo que se refiere al uso de la tecnología: de las personas que por razones de trabajo administrativo utilizan el correo electrónico de manera regular y elaboran documentos diversos utilizando las herramientas de Office, hasta los profesores que raramente utilizan alguna herramienta tecnológica y que desconfían enormemente de cualquier aplicación o recurso que para registrarse les pide una cuenta de correo y un password. Otra de las dificultades es la prevención que tienen por temor a dañar los equipos de cómputo, o a utilizar las redes sociales que en algunos círculos (por la edad y el conservadurismo) son mal vistos.
Y sin embargo, al final del taller los participantes estaban compartiendo documentos diversos utilizando la cuenta de Google que crearon para el taller, incorporando imágenes y videos; generando encuestas sencillas para recolectar información que desde su área de trabajo resulta importante o necesaria (habrá que diseñar un taller de metodología para la elaboración de encuestas y la estadística descriptiva necesaria, como consecuencia); desarrollando mapas mentales y/o descripciones de procesos; creando sus bibliotecas particulares en Diigo y compartiendo los hallazgos para el grupo que crearon (especialmente las enfermeras); creando también sus bibliotecas particulares en Google Books; y, desde el inicio, instalando Google Chrome y aprendiendo a utilizar las pestañas, a personalizar iGoogle, y a cambiar de iGoogle a Google (vista clásica) para “jugar” con el Doodle dedicado a Les Paul, el jueves 16 de junio.  

Durante las sesiones, y a propósito de las tareas que se les pedían, los resultados que obtenían y las reflexiones que se iban produciendo, se tocaron temas sobre la evaluación, sobre la importancia de diseñar y dar a conocer las guías de estudio a los alumnos, sobre la organización mental que resulta necesario desarrollar en paralelo, y sobre la importancia de la escritura clara y sin errores. Hasta una tabla de Codigo Ascci terminó en sus archivos personales para eliminar la escritura en puras mayúsculas (una manera que busca evitar acentuar la palabras) cuando el teclado no está configurado en español o cuando el procesador de palabras no acentúa una palabra de manera correcta.

Queda mucho trabajo por hacer…entre ellos. Las profesoras de Enfermería ya se han organizado para seguir aprendiendo y para incorporar cada vez más las herramientas disponibles gratuitamente, de manera de ir deshaciéndose de materiales impresos al mismo tiempo que disponen de sus documentos desde cualquier computadora. Esto, necesariamente, repercutirá en la manera en que se desenvuelven en sus cursos y en la manera en que proponen actividades de aprendizaje y exigen de los alumnos al menos el mismo desempeño que ellos han logrado. Seguramente al inicio del semestre de Otoño 2011 podremos ver algunos resultados.