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lunes, 6 de febrero de 2017

CIPEC: Enero 28 de 2017

Lo sé siempre: entre sus deberes escolares, las sesiones sabatinas de 9 a 14 horas, y la vida familiar (incluyendo traslados, tareas, ayudar a sus padres en sus tareas o trabajos), es difícil que tengan tiempo, memoria o ánimo para desarrollar o pensar en lo que se me ocurre para que trabajen entre sesión y sesión.

De todas maneras, entre el 14 y el 21 de enero había comprado los regalitos para los premios del consurso de pericopios. En el Centro de Investigaciones en Óptica (CIO) encontré excelentes opciones, adecuadas para el propósito.

Parte de mi malestar del día 21 vino de subir hasta este punto, a buen paso, durante 1.5 km. y regresar al punto de partida, sin siquiera llevar agua y a pleno sol. Bueno, esas son las consecuencias de mi imprevisibilidad ;)


A los objetos que encontré en el CIO (las cuentas cambian de color, desde el blanco total, según la radiación ultravioleta) se añadió un libro para colorear, de ilusiones pticas: 

 

Dos de las chicas llevaban su intento de periscopio, pero no habían encontrado los espejos adecuados; al grupo se reintegraron dos nuevos jóvenes y se añadió un tercero. Mostré los objetos y pospuse el concurso para la siguiente semana,

Había comprado, además, un pequeño periscopio que puse a disposición de todos para que lo describieran:






La geometría hizo su aparición de manera necesaria. Lo que está en colores son las aportaciones de los chicos. Lo que está en negro es el proceso de formalización y de establecimiento de hechos desconocidos para la mayoría. El Teorema de Pitágoras no está en su acervo, ni siquiera como recitación.

Luego desarmamos el cubito para ver si habían acertado. Estaban satisfechos de haberlo hecho, aunque no sean tan comunicativos  ;)

De lo que siguió no tomé fotos. Esencialmente se trató de resaltar la importancia del teorema de Pitágoras como la regla con la que medimos, desde un terreno hasta distancias astronómicas. Si no han visto la conferencia de Terry Tao, The Cosmic Distance  Ladder, se las recomiendo ampliamente. Un lenguaje muy accesible al punto de que, al terminar su presentación, los chiquitos presentes en esa memorable sesión en UCLA le hicieron preguntas clarísimas mostrando su comprensión.

Lo que hicimos en este salón (no hay computadoras, la señal de Internet es mala y solamente la recibo a través de mi celular y en la última sesión ni siquiera funcionaban los contactos eléctricos) fue:
  • hablar de las distancias que recorren los carteros que deben entregar la correspondencia saliendo de la oficina central,
  • de cómo se orientan las calles de la ciudad a partir de ese punto, 
  • de la imposibilidad de cortar caminos en zonas construidas, 
  • de todas las rutas posibles que puede tomar un cartero para entregar una carta y recorriendo la misma distancia, 
  • de por qué los choferes de UPS nunca dan vuelta a la izquierda en sus recorridos  
  • de la trayectoria que recorrería un dron para hacer la entrega de la misma carta,
  • establecimos la distancia entre dos puntos en el plano como aplicación del Teorema de Pitágoras, no como fórmula (una chica dijo que nunca antes había entendido de qué se trataba)
Hubo diagramas de ciudades cuadriculadas, por supuesto, con cuadras que miden lo mismo entre calle y calle y en cualquiera de las dos direcciones.

El concurso de periscopios se movió al 4 de febrero.

Actualización a las 7:20 del 6 de febrero.
Mientras reviso mis notificaciones en Facebook encontré esta nota fechada el 4 de febrero, sobre por qué los choferes de UPS nunca dan vuelta a la izquierda (es un ejercicio de programación lineal que hace unos años había discutido con alumnos de ingeniería). Muy oportuno.



CIPEC: enero 2017


Al iniciar enero retomamos el trabajo sobre la comprensión de la luz y su reflejo, planteado en la última sesión de diciembre:




Como ya esperaba, los chicos no habían reflexionado ni experimentado sobre ese planteamiento. Iniciamos la sesión hablando, como siempre, de lo que vivieron, lo que les gustó/enusiasmó y lo que no. Y de ahí hay que "colgarse" para llevarlos al terreno del razonamiento:


La pregunta inicial se tornó más concreta, planteada en un diagrama: ¿hacia dónde dirigir la mirada, en el espejo, para encontrar al otro?:



Sin respuestas, fuimos al baño de mujeres, para personal docente y administrativo only (ya sé, pero no puedo hacer más que pedir la llave para ello). Las imágenes están tomadas con una Narrative, para tener las manos libres. Por parejas, uno se situaba frente al espejo y el otro en un punto donde no pudiera verse reflejado directamente. El que estaba frente al espejo tenía que describir hacia dónde miraba para encontrar los ojos del otro. Todos asumieron los dos roles, incluida la maestra Edna:

 



Regresamos al aula para continuar la experencia. Los instrumentos: un apuntador láser y un "espejito" de cartón en contrado en un paquete de medicina:

















Hablamos luego de ángulos de incidencia y de reflexión, a partir de las observaciones que ellos realizaron. En lugar de caleidoscopio, del que habíamos conversado en diciembre, el reto fue construir un periscopio: 










Y hasta hubo una pequeña rúbrica:


Rubros
Excelente = 10
Bueno = 8
Suficiente = 6
Insuficiente = 5
Construcción
·         Cortes limpios
·         Pegado cuidadoso y limpio
·         Mediciones correctas
·         Espejos colocados perpendicularmente





Presentación
        Terminado
        Recubrimiento (cualquier tipo es válido)
        El haz de luz reflejado sale paralelamente al de incidencia (probado con el láser)





Funcionamiento
El haz de luz reflejado sale paralelamente al de incidencia (probado con el láser)





Descripción
        ¿Qué es?
        ¿Para qué sirve?
        ¿Cómo funciona?
        ¿Cómo se construye?
(si consultaron en internet deben proporcionar las fuentes de información)





El sábado 21 estuve ausente por razones de salud.










martes, 3 de enero de 2017

Area y volumen: ejercicios


La sesión del 3 de diciembre la empleamos en trabajar sobre ejercicios que implican visualizar el espacio, tomados del libro "Matemáticas 100 horas", la última edición hecha "a mano por todos los que desarrollamos los contenidos, ilustramos, imprimimos, compaginamos y pusimos a prueba los materiales. Se trata de algunos ejercicios de áreas y otros de volumen. Había que trabajar en parejas, algo que no les gusta del todo, especialmente cuando algunos sienten que están por encima del nivel del compañero. El contexto hace que esos comportamientos se refuercen en ocasiones, en detrimento de ambos integrantes de la pareja. 

 



 
 

Las dificultades, previsibles, son las mismas que las que encontramos en chicos de primero de secundaria hace 40 años: dificultades para calcular el volumen de una torre construida con cubos unitarios, derivada de no contar correctamente el número de cubos en la construcción y de considerar solamente aquellos cuyas caras son visibles y/o de contar más de una vez un mismo cubo por sus caras visibles. El desarrollo de estrategias para contar correctamente fue lo que ocupó la mayor parte del tiempo. Cierto, el que se sabe las fórmulas para volúmenes de prismas y pirámides lo exhibe en el pizarrón.

Para finalizar la sesión tuvimos un pequeño evento dedicado a uno de los chiquitos, por ser el más puntual de la clase.





acerca de Entornos Personales de Aprendizaje


Hace unas semanas, una editorial española me contacto con la propuesta de que escribiera un librito a partir de una ponencia presentada hace unos tres años y mi participación, dentro del mismo congreso, en un intercambio de experiencias con TIC.  En principio pareció interesante retomar la idea y actualizar algunas cosas, y comencé a desarrollar el tema.

Hace alrededor de tres semanas el hijo vino de vacaciones (trabaja en India desde hace unos 20 meses) y de su paso por la Ciudad de México trajo un libro impreso por esa misma editorial:
  1. Entendí el tipo de negocio y no me interesa
  2. No puede ser impreso algo que se refiere al PLE
Como consecuencia decidí publicar aquí mis avances. Y abrirlos a una discusión. Bienvenidos.



Entornos Personales de Aprendizaje y su relevancia para el autoaprendizaje y la valoración de los conocimientos no formales 

Presentación

El concepto de Entorno Personal de Aprendizaje (Personalized Learning Environment, comúnmente llamado PLE) se remonta a los inicios de los años 60 aunque no había acuerdos ni en su definición ni en sus componentes. La primera referencia se encuentra en The first book of teaching machines[1], según Wikipedia[2] :

“Programs can only be designed by highly trained human beings who, through the teaching machine, can reach countless students and enable each to take an active role in a highly-personalized learning environment.”

En una traducción libre de párrafos que pueden rescatarse de ese documento, a través de Google Books[3], encontramos:

 Página 42: “Actualmente se llevan a cabo experimentos con máquinas de enseñanza y programas de aprendizaje en muchas escuelas, fábricas y oficinas de negocios, y en varias áreas de los servicios armados.”

Página 46: “El trabajo pre-clase de este tipo podría ahorrar mucho tiempo valioso a los buenos maestros y hacer su trabajo con los estudiantes más útil y más interesante.”

Aun cuando no conocemos la obra en su totalidad, la propuesta pareciera orientarse a apoyar el aprendizaje no solamente en los métodos tradicionales de enseñanza sino en aprovechar los recursos tecnológicos disponibles para que el estudiante realizara una búsqueda previa de los temas de estudio y llegara preparado a su clase, motivado para discutir y encontrar aplicaciones a lo aprendido.

En los tiempos que corren, esa propuesta se ve materializada y superada por los alcances de la School in the Cloud[4], desarrollada por el Dr. Sugata Mitra a partir de su muy conocido experimento  Hole in the Wall[5],[6]

Mi primer contacto con el concepto de PLE vino a través de Diego Leal[7] quien abrió al mundo una experiencia de aprendizajes y de compartir experiencias de aprendizaje a través de un taller llamado DocTic[8], en 2010. Diego, a su vez, cuenta en su blog[9] su inmersión en este tema, a través de Stephen Downes. La inclusión de muchos de quienes integran mi red de aprendizaje y colaboración (y mi inclusión en las de ellos) viene de las actividades que desarrollamos ahí.

En aquel momento el llevar a cabo el ejercicio de hacer un diagrama de mi PLE significó, más que nada, el acto de hacer explícito lo que siempre he sabido. Escribí en mi blog (crearlo fue una de las primeras tareas del taller)[10]:

Creo que soy bastante consciente de la red de personas y recursos que contribuyen a mi construcción de conocimientos y habilidades.

Normalmente deambulo por los diferentes espacios de la universidad conversando, retroalimentando y siendo retroalimentada en diversos aspectos y temas; participo en reuniones diversas con amigos y compañeros de trabajo; participo en reuniones formales de trabajo presenciales y virtuales; pero también aprendo a través de las diferentes redes sociales que me permiten interactuar con amigos que no conozco personalmente, con amigos que hace mucho no veo físicamente, con alumnos y ex-alumnos que me mantienen actualizada de muchas maneras, con mi familia,...Y luego, la cantidad de recursos valiosos que me permiten mantenerme al día en mi área de formación profesional, en la existencia y el uso de los recursos tecnológicos que van emergiendo (propios para mi área, para la educación, para la construcción de redes, ...) y en cualquier cosa que se me ocurra aprender o reaprender (la cocina, por ejemplo).

Sin embargo nunca había hecho el ejercicio de explicitar cómo se construye esa red que recién describí. Aquí va el ejercicio. Seguramente tendrá que ser actualizado mientras avanzamos en el curso; seguramente seré consciente de otros elementos de esta red, que de momento no son tan visibles.

Resulta ser un muy buen ejercicio de conciencia.

Aquí ese primer ejercicio:

La construcción es personal, obviamente, es dinámica y va cambiando y enriqueciéndose en la medida en que uno va adquiriendo nuevas herramientas y desechando las que ya no funcionan por cualquiera razón, y va ampliando su red de contactos y depurándola. La última actualización de mi PLE, creado para acompañar a un grupo de docentes en formación en el uso de las TIC, sirve de fondo para mi perfil en Google Plus y tiene poco más de cinco años, en los cuales ha evolucionado, aunque no la he actualizado. De alguna manera es como el CV de los aprendizajes, y llega un momento en que añadir cualquier cosa es hasta pretencioso.


En ese sentido coincido con Juan Domingo Farnós Miró en algo de lo que señala en su publicación del 27 de noviembre de 2016. Dice:

Nunca me ha parecido tener un PLE, la verdad, que aprendo de muchos en la red, en mi caso decirlo es una obviedad, pero nunca ni he llegado a tener uno, ni creo que lo tenga en mivida...sería tanto como ir contra lo que creo...Como voy a tener uno si entiendo el aprendizaje y el trabajo, como algo dinámico, como algo que evoluciona continuamente...que tengo algunos referentes? sin duda...pero mis ideas van mas lejos que eso...todo en la vida es un proceso y aprender, también, que afortunadmanete nunca acaba....
Juandon[11]

Coincido en que el aprendizaje y el trabajo son dinámicos y que evolucionan continuamente. Los referentes van siendo más variados, los contactos van diversificando nuestras áreas de discusión y participación activa. Sin embargo, creo que la elaboración del PLE de uno sirve para hacer explícita, así sea una vez, la riqueza de las fuentes de las que derivan nuestros aprendizajes. Y por esa vía aprender a reconocer el valor de los aprendizajes no formales y convertirnos en aprendices de por vida, discriminando lo que es valioso de lo que no, lo que apoya nuestro crecimiento y lo que podemos difundir, y la manera de hacerlo, para que otros tomen las riendas de su propio aprendizaje.

El PLE: ¿concepto o tecnología?

Es la pregunta que se plantean
Fiedler y Väljataga[12] y con quienes concuerdo en que el PLE no debe entenderse como aplicaciones de software sino como un recurso pedagógico para el aprendizaje organizado, el de cada uno. Si uno identifica sus fuentes de información y es capaz de evaluarlas, si es capaz de ir más allá de la información dada, en el sentido de Bruner[13],entonces es también capaz de establecer sus propios objetivos de aprendizaje y de diseñar las condiciones y procurarse las herramientas y recursos de su red personal para alcanzarlos.
Jordi Adell[14] señala que el PLE se trata de un “enfoque del aprendizaje” y no de una manera de enseñar. Adell enfatiza que No es una aplicación, no es una plataforma, ni un nuevo tipo de software que se puede instalar, el PLE es un enfoque pedagógico con unas enormes implicaciones en los procesos de aprendizaje y con una base tecnológica evidente. Un concepto tecno-pedagógico que saca el mejor partido de las innegables posibilidades que le ofrecen las tecnologías y de las emergentes dinámicas sociales que tienen lugar en los nuevos escenarios definidos por esas tecnologías.
Un problema es que casi todo lo que a los docentes nos gusta o lo que aprendemos lo convertimos en materia a enseñar y a ser evaluada, y entonces el ejercicio pierde completamente su sentido.
Ciertamente, en las concepciones de PLE que encontramos documentadas se hace particular énfasis en el uso de las TIC para aprender. En mi proceso de inmersión en DocTic, mencionado anteriormente, surgieron algunas reflexiones derivadas de una pregunta planteada por Diego Leal a los participantes: ¿Qué dudas espero aclarar?
Mi respuesta: Todas las que me surjan en este proceso.
De entrada, al instalar Freemind en mi computadora -que requiere de también de haber instalado Java (previamente, según el cuadro de diálogo de la instalación del Freemind)- me surge la duda de cómo podría participar en un curso como éste un profesor, como aquellos de Cancún, que no disponen de computadora personal para instalar las aplicaciones o el software necesarios. En su momento, para mapas mentales, nosotros utilizamos Mywebspiration, totalmente en línea y a través del cual se comparten muy fácilmente los mapas creados. Más dudas saldrán en este proceso, respecto a otros temas. Pero éste me parece importante porque para mí la idea es justamente hacer llegar estas opciones de capacitación a los profesores con menos recursos.[15]
Es decir: sí, en ese primer momento parecía que privilegiábamos el uso de las tecnologías como medios de aprendizaje, lo cual se refleja en la imagen de mi primer PLE. Gradualmente fui incorporando a las personas de las que he aprendido a lo largo de mi vida y de las que sigo aprendiendo y la red que configuran se integró a mi PLE.
El uso que se da a los conceptos, cualquiera que sea el área en que se trabaja, dentro de las instituciones educativas, los convierte en algo distinto. Se trata, muy consistentemente, en convertir cada idea en algo tangible, comparable, sujeto a la evaluación del docente. El PLE, mas que una construcción personal, pasa a ser un ejercicio que muestre el número de aplicaciones y recursos tecnológicos diversos que uno conoce o del que ha escuchado hablar, aunque no lo utilice en lo absoluto o no sepa ni cuáles son sus aplicaciones.

Pongamos el caso de Twitter. Apenas ayer una amiga, periodista de oficio, se quejaba de que no entiende por qué habría que entrar a esa comunidad donde solamente encuentra “puras malas noticias, puyas, grillas, agresiones viles y amenazas”. Respondí que eso depende de los grupos en los que participa, la gente con la que entra en contacto, etc. Pero se puso de moda insistir en que los docentes debían incluir el uso de las redes en sus cursos, como apoyos para el aprendizaje, sin antes ayudarles a saber para qué puede servir cada una ni cómo utilizarlas y, lo que es peor, sin haber desarrollado el pensamiento crítico.
Tanto Twitter como Facebook, por hablar de las redes más utilizadas, pasaron de ser comunidades de interacción casi entre pares y amigos a redes donde lo extraordinario es que uno no esté inmerso en alguna compañía, partido o asociación tratando de vender o promocionar algo, incluida la venta e intercambio de “Likes” o seguidores. Para que funcionen como elementos de una red o entorno de aprendizaje es necesario buscar a aquellos grupos o individuos de los que vale la pena aprender y los recursos tecnológicos nuevos que valdría la pena incorporar. Pero eso es parte de otro aprendizaje.





[1] Sam EpsteinBeryl Williams EpsteinThe first book of teaching machines. Franklin Watts, Inc. New York, 1961.
[3] Traducciones libres de los párrafos encontrados en Google Books.

[6] Beyond the Hole in the Wall: Discover the Power of Self-Organized Learning. TED Books. Kindle Edition. Amazon, 2012.

[7] Diego Leal. Diegoleal.org
[8] Leal, Diego. DocTic. Julio de 2010.
[10] Parra, Blanca. Mi ambiente personal de aprendizaje. Aprendizaje mediado por TIC. Blog. Julio 2010.
[11] Farnós Miró, Juan Domingo. Publicación del 27 de noviembre de 2016, en Facebook.
[12] Fiedler, S., Väljataga, T. Personal learning environments: concept or technology? International Journal of Virtual and Personal Learning Environments. Volume 2 Issue 4, October 2011. Pages 1 – 11. IGI Publishing Hershey PA, USA.

[13]Bruner, Jerome S. Beyond the Information Given: Studies in the Psychology of Knowing. New York, Norton, 1973.

[14] Castañeda, L; Adell, J. El Ecosistema pedagógico de los PLEs. Entornos Personales de Aprendizaje: Claves para el Ecosistema Educativo en Red. Alcoy: Marfil, 2013. Página 46.
[15] Parra, Blanca. Mis expectativas de este curso. Aprendizaje Mediado por TIC. Blog. Julio 2010.

martes, 25 de octubre de 2016

Mi experiencia frente a las dificultades de los estudiantes Apuntes para un taller


 Cuando comencé a trabajar como docente de matemáticas, cinco grupos de primer grado en una secundaria técnica en la ciudad de México, sin preparación previa para desempeñarme como maestra ni interés manifiesto por semejante actividad, recuerdo (y lo he escrito muchas veces en blogsartículos sobre la docencia) que mi primera sorpresa no fue por las carencias en matemáticas que mostraban los chicos (mínimas comparadas con lo que constato ahora incluso en las universidades privadas más prestigiosas del país) sino por la incomprensión del lenguaje que supuestamente deben ser capaces de manejar. Por supuesto, las primeras manifestaciones se dieron respecto al lenguaje utilizado en matemáticas el cual, según yo, debieran conocer.
Para mí era incomprensible que los chicos no entendieran lo que significaba “máximo común divisor” por ejemplo, puesto que en ese título está contenida la definición. Me llevó un par de semanas y unos cuantos experimentos darme cuenta de que:
  1. La enseñanza por la que habían pasado los hizo memorizar nombres como etiquetas, desligados de cualquier significado
  2. Los algoritmos relacionados con esas etiquetas estaban vacíos porque nunca se construyó significado para ellos
  3. El problema de lenguaje no era solamente en lo referente a matemáticas

En la época, 1972, yo todavía era estudiante de licenciatura y nunca había tenido dificultades para comprender un texto. Sin más evidencia que lo que observaba con los chicos de los cinco grupos, hice mi primer par de estudios totalmente empíricos. Como tareas les pedí:
  • Que escribieran lo que era un día regular, entre semana, desde que despertaban hasta que se dormían
  • Que escribieran su biografía 

La composición de los grupos era heterogénea: chicos cuyos padres eran ingenieros en el Instituto Mexicano del Petróleo (situado justo frente a la escuela) y chicos hijos de campesinos que venían desde las pirámides (Teotihuacán), por ejemplo; chicos que tomaban cursos de idiomas o de música o de danza o de karate por las tardes, chicos cuyos padres (ambos) trabajaban y entonces debían llegar a sus casas a ocuparse de disponer la mesa para la comida y ayudar en tareas domésticas, chicos que trabajaban por las tardes y hasta parte de la noche para apoyar a la economía familiar. Los conflictos familiares eran igualmente variados y, en algunos casos, muy intensos.

Todo lo anterior se reflejaba en sus escritos. De las actividades desarrolladas en un día regular podía calcularse un promedio de 5 horas de televisión por día. Mientras menos favorecidos económicamente más horas de televisión al día. En la escritura de su autobiografía la falta de lenguaje y de claridad era muy evidente. En el caso más grave que recuerdo el chico se describía en el estilo de las estampitas de los héroes que se venden en las papelerías: “Fulanito de tal. Nació en ____ el día ____. Sus padres fueron ____ y ____.”

Mucho tiempo después, a través del análisis de mi propia experiencia como estudiante a lo largo de los años, de las de mis estudiantes en todos los niveles y de la de mi hijo, cuando comenzó a mostrar sus habilidades, comprendí que la adquisición temprana de un lenguaje suficiente y claro era lo que estaba en la base de la comprensión en matemáticas y cualquier otra área de estudio, en cualquier nivel. Adicionalmente, la lectura de los trabajos que encuentran relaciones de causa-efecto entre lenguaje materno y matemáticas, o los trabajos sobre la adquisición del lenguaje y la lectura de Emilia Ferreiro confirmaron mi hipótesis.

En aquel momento, y después de revisar y analizar las producciones de los chicos, lo primero que hice fue dedicar una semana por grupo (4 horas) a construir un lenguaje que nos permitiera comunicarnos sin muchos tropiezos y a crear un ambiente de confianza para que pudieran expresar sus dudas sin temor. Por mi parte, comencé a ver las series de televisión que habían mencionado en sus escritos para poder crear metáforas que les hicieran sentido.

Entonces vino la parte del lenguaje matemático: máximo común divisor significa “el mayor de los divisores comunes a dos números enteros dados”, y cada palabra tiene significado preciso. Común no significa vulgar, por ejemplo; significa que es algo que corresponde a dos o más sujetos. Batman y Robin tienen en común que aparecen en la misma serie de caricaturas (en la época); todos ustedes tienen en común que están en este grupo; etc.

Lo que puedo testimoniar es que, aunque parece un proceso lento, esta manera de trabajar permite luego avanzar con velocidad uniformemente acelerada porque se va construyendo cada concepto, cada proceso, sobre cimientos sólidos.

El proceso anterior es algo que he repetido con cada uno de los grupos, de cualquier nivel, al inicio de un curso. Establecemos reglas de convivencia que nos permitan trabajar en un ambiente de confianza y respeto, además.

Por otro lado, en lo que concierne a los contenidos de los cursos, lo que encuentro muy necesario es tomar en cuenta el pasado académico del estudiante (del grupo y de las individualidades más notables) para construir un puente que les permita llegar al punto de inicio del curso. En las condiciones actuales, tomando como punto de partida los lamentables programas educativos de todos los niveles, es prácticamente imposible esperar que un chico que se inicia en el álgebra pueda tener éxito sin un antecedente numérico.

Hay que tomar en cuenta que el conocimiento pitagórico sobre los números (Libro II de los Elementos de Euclides) se sitúa hacia los siglos V y VI antes de Cristo, mientras que el álgebra desarrollada por Al-Jwarizmi data del siglo IX después de nuestra era y el desarrollo del álgebra muy en la forma en que pretendemos que la aprendan los alumnos en el bachillerato se desarrolló en Europa, en Italia y Francia notablemente, a partir del siglo XV.

El desarrollo de la pura noción de numero negativo tiene una duración de alrededor de quince siglos, de acuerdo al análisis de Georges Glaeser en La epistemología de los números relativos[1]: “desde la época de Diofanto hasta nuestros días” dice. Porque una cosa es manipular los números (así sea con precisión, como ocurría con los matemáticos incluso notables) y otra cosa es comprender absolutamente el concepto.

Glaeser comenta que “Numerosos son los maestros que no sospechan que el aprendizaje de las reglas de los signos puede comportar dificultades.” Y suponen que es un problema del alumno. Incluso, dice: “Hans Freudenthal (uno de los matemáticos y educadores en matemáticas que más han contribuido a establecer las dificultades en el aprendizaje de esta materia, consignado en su obra clásica Mathematics as an Educational Task[2] y fundador de la revista especializada Educational Studies in Mathematics[3]) consagra 160 páginas del libro a examinar muchas de las dificultades que conlleva el aprendizaje de los números, y sin embargo apenas menciona la regla de los signos.”
“Uno se explica fácilmente este olvido sorprendente. En la época en la que él escribía esta obra, Freudenthal escogía los temas de sus análisis didácticos de entre sus recuerdos personales. Ahora bien, ningún matemático de su generación (ni de las nuestras) guarda recuerdo alguno de haber sido turbado por la regla de los signos.”

Sin embargo, Piaget (muy sensible a las observaciones que hace sobre los niños), consagra varias páginas de su obra Introduction à l’épistémologie génétique [4] a las dificultades provocadas por los números negativos.

Las señales de las dificultades que han enfrentado los estudiantes con esta noción se encuentra, entre otros casos, en la autobiografía de Stendhal, La vida de Henry Brulard. La parte donde hace referencia a estas dificultades la resumí en una especie de comic:



Es decir: no es tan sencillo como lo hacen parecer los programas educativos que parten del profundo desconocimiento de quienes los redactan. Y los profesores que creemos que lo más importante es terminar un programa, aunque los alumnos no aprendan ni un ápice, no ayudamos en ningún sentido a la formación o el interés por los estudiantes en la materia o en su aplicación para resolver problemas que tengan sentido.

Se trata, pues, de crear las condiciones y los apoyos para que el estudiante comprenda y no para que apruebe un curso sin sentido que solamente sirva para cumplir con indicadores escolares e institucionales. O no nos quejemos de lo que ayudamos a crear.




[1] Glaeser, Georges. Epistémologie des nombres relatifs. Recherches en didactique des mathématiques. Vol 2/3.  La pensée sauvage. 1981. Traducción al español de Marco Antonio Valencia, Fernando Ávila y Blanca M. Parra, publicada por la Sección de Matemática Educativa del CINVESTAV, en 1983.
[2] Freudenthal, Hans. Mathematics as an Educational Task. D. Reidel Publishing Company, Dordretcht-Hollland. 1973.
[3] Educational Studies in Mathematics. An International Journal. Editor-in-Chief: Merrilyn Goos. Springer.
[4] Piaget, Jean. Introduction à l’épistémologie génétique. 1. La pensée mathématique. Presses Universitaires de France. 1973. Pag 110 – 115 : Le nombre négatif et le zéro.